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Viaje a Itaca

El fracaso de la voluntad

Hoy Mario Vargas Llosa cumple 71 años. El peruano es uno de los autores más conocidos del boom latinoamericano, sólo superado por el recientemente homenajeado Gabriel García Márquez.

Pero ser conocido no implica ser buen escritor. Y Vargas Llosa, por mucho que lo desee, nunca llegará a serlo.

Entendámonos. ¿Qué significa ser buen escritor? Para algunos un buen escritor es aquel que consigue elaborar unas cuantas novelas más o menos atractivas, más o menos sólidas y (habría que añadir) que tiene unos fieles seguidores y gusta de disertar y sentar cátedra en cuantos más medios mejor.

Así entendido, Vargas Llosa es un buen escritor. Sus novelas son sólidas, bien redactadas, y los personajes que las habitan son muy "reales". Su modelo literario es Madame Bovary, su estilo el realismo. En sus primeros años fue de izquierdas y ahora pregona su liberalismo. Encaja, pues, en el modelo.

Pero un buen escritor también puede ser aquel que salta al vacío, que es, en el buen sentido de la palabra, original, que no busca un público determinado ni acumular premios (aunque gracias a esta no búsqueda, termine recibiéndolos). Un buen escritor es aquel que tiene "la chispa adecuada". Y Vargas Llosa no la tiene.

Su sistema de trabajo es perfecto: ordenado, meticuloso, muy disciplinado, no hace excepciones, el trabajo es el trabajo. Entre semana la novela, los domingos los artículos de opinión. Como una le dijo Onetti, "Tu relación con la literatura es conyugal, por eso tenés que cumplir todos los días". Es un sistema demasiado perfecto, no hay lugar para la improvisación, para el arte.

Vargas Llosa ha llegado alto. Es uno de los escritores más respetados en el mundo; tiene dinero, premios y  espacio en los medios. Ha producido una obra sólida y más o menos coherente. Pero le falta lo más importante: esa chispa esa "magia" de la que carece y que le separa de Faulkner, de Coetzee o de Bolaño.

Cuando a García Márquez le otorgaron el premio Nobel, muchos pensaron que con él se premiaba a todos los escritores del boom, que era una especie de reconocimiento a toda una generación y una cultura. Vargas Llosa rechazó esta teoría. Él quiere ganar el premio Nobel. Que espere sentado.

5 comentarios

Paúl -

Antes que nada: JA! Varguitas no tendrá que esperar sentado lo que quizá te haya arrancado un poco de cabellera. Dentro de una búsqueda rápida en "San Google" los inicios de la rencilla entre Gabo y Mario, encontré tu... "escrito"... Me pareció vano, improductivo, casi de la misma naturaleza como de lo que está sobre estás líneas, el comentar. Sin embargo, quiero hacerlo. Así como cuando tiro de la cadena a Ramsés al ver sus intenciones de embestir a desconocidos (Ramsés es mi mastín napolitano de 3 años), lo hago contigo. Ahora: dices que le falta una "chispa adecuada", cual novia de Bunbury, que no tiene ese encanto de persona, que no te agrada su falta de ese algo que nunca defines mas que citando características que le implicas a algunos autores (es menester de los que tengan la desdicha de caer en tu blog saber por qué les atribuyes ese don divino). Dentro de todo, es aceptable tu crítica; siempre y cuando tenga una base. Lo tuyo parte de una opinión personal, como cuando un niño no quiere comer los vegetales porque se ven verdes, o porque no le gusta como saben. Eres un niño, al igual que yo (tengo poco más de 20 años) en las lides literarias; sin embargo, tu caso es grave. Eres responsable de cuanto opines; y no fundamentas, no das una base de lo que no es un buen escritor. Das vergüenza como expositor de una idea, y eso es un caso que le compete a la humanidad, por lo que me molesta la forma en cómo nos muestras, antes nosotros mismos, como seres inferiores. Eres una especie de fanática de Justin Bieber, un caso grave de idiota, un andropáusico literario... No mereces ni que tú mismo te leas en este sentido.

La vida misma, el destino de la literatura, como contrato cultural y social, se han encargado de darle un sitial adecuado a Mario Vargas Llosa. Ese mismo destino es quien te puede presentar y enseñar a presentar argumentos sólidos en cuanto quieras poner el nombre de alguien en tu boca. Tienes responsabilidad de cuanto escribes. Y parafraseando a Gabo: "desde que uno se sienta a escribir decide si va a ser un buen o mal escritor". Saludos.

La gafapasta -

Estoy con Guiller... desde tu fichaje estrella no hay quien te pare!
Jajaja
(conste en acta que a mí Vargas Llosa... pues como a ti)

Guillermo -

Joer..., desde que eres colaborador de Artes & Letras no hay quien te tosa,jaja

http://sonhandoboavida.blogspot.com/ -

Entiendo que al artista se le juzgue por su obra, es obvio; y que únicamente en virtud de la misma se le alce o no al pedestal de los buenos escritores, pero esa chispa mágica que rompa con los modelos establecidos me parece fundamental y es al fin y al cabo lo que hace diferente a un escritor, aunque no por ello se le pueda considerar "mejor o peor".
Yo personalmente me quedo con esa "chispa", aunque no sea reconocida.Aunque sea anónima.
Aprovecho el comentario para mandarte un saludo Raul.
A pesar de no dejar ninguna huella hasta hoy, me sumerjo todas las semanas en este agradable viaje a Itaca con forma de palabras.Un abrazo. Nacho

Tiresias -

"La chispa adecuada", "magia"... todo eso es puramente subjetivo. Por eso, cuando pones énfasis en estos aspectos al tratar de definir lo que sea un buen escritor, incurres en un error porque nadie nunca se podrá poner deacuerdo en si un autor concreto posee "chispa" o "magia". Un ejemplo claro de lo que digo es que como ejemplos pones únicamente a autores de tu agrado, admirados e incluso idolatrados (Bolaño) por tí.

Que sea imposible definir qué es un buen escritor es otro asunto; yo, desde luego, no pondría el acento en "magias" o "chispas" sino en calidad. Esto es igualmente subjetivo, claro está, pero no recurre a aspectos ajenos al quehacer literario como estilos de vida, ideologías, etc...

En resumen a un artista debe juzgarsele como tal sólo por su obra.