Recuerdos difíciles, lenguaje simple
Juan Goytisolo (Barcelona, 1931), escribió Coto vedado y En los reinos de Taifa en 1985 y 1986 respectivamente, una vez concluida su etapa que podríamos llamar "destructora" (etapa formada por la Trilogía Álvaro Mendiola y su epílogo involuntario Makbara). En 2002, Editorial Península unió estos dos volúmenes y los publicó bajo el título Memorias.
En efecto, estos dos libros deben leerse de forma unitaria. Ambos proporcionan una imagen precisa del escritor, desde su nacimiento hasta su firme decisión de abandonar toda ortodoxia literaria o sexual para irse a vivir a Marruecos y escribir Reivindicación del Conde Don Julián, su texto cardinal.
Coto vedado relata por orden cronológico sus primeros años de existencia, hasta su exilio voluntario en París en 1956. El lector sabrá de la muerte de su madre en un bombardeo de la guerra civil, (hecho que marcará no sólo su quehacer literario, sino también el de sus hermanos Luis y José Agustín), de su relación con su padre, de su paso por el colegio y la Universidad, de su relación con el alcohol y de su sexualidad (en el año 2006 es casi habitual que un personaje público revele su homosexualidad; en 1985, sin embargo, no debía de ser tan corriente y seguro que provocó cierto escándalo).
En la segunda parte de sus memorias, Juan Goytisolo prescinde de la linealidad para estructurar el texto en largos bloques monográficos que ocupan varios años. Así, habrá capítulos dedicados a sus actividades políticas (en Francia o en la Unión Soviética), a su relación con Jean Genet (escritor al que dedica un espacio excesivo), y, cómo no, a su compañera y luego esposa Monique Lange. Será quizá este apartado el más jugoso para el lector, cansado de escaramuzas políticas que no conducían a nada y de un escritor francés del que, probablemente, no ha leído ni un línea. En él expone con claridad su transición de novio heterosexual neurótico a marido homosexual seguro de sí mismo, y de escritor sin rumbo a narrador comprometido únicamente con su literatura.
Memorias es la prueba de que es posible escribir una autobiografía digna, sin mentiras ni falseamientos. Aquí, Juan Goytisolo es, muchas veces, Juan. El lector puede conocer sus miedos reales, sus actividades en los barrios bajos de Barcelona y París, sus infames pensamientos hacia su padre, su silencio ante las violaciones de los regímenes comunistas. Un honrado trabajo de desnudez que pocos en España, acaso ninguno, han realizado todavía.
Pero hay algo que el lector conocedor de la obra de Juan Goytisolo echa en falta: no hay riesgo, ni salto al vacío. Coto vedado no es Señas de identidad, ni En los reinos de Taifa es Juan sin Tierra. El lenguaje es claro, la gramática y ortografía española se aplica con precisión. Cansado del trabajo de destrucción llevado a cabo en las dos décadas anteriores, o a la busca quizás de un mayor número de lectores para estas obras de no ficción, (en sus novelas volverá a usar un lenguaje y una estructura mucho más elaborados), Juan Goytisolo escribe aquí un texto, en el peor sentido de la palabra, normal.
De cuando en cuando, el lector se encuentra con páginas en cursiva en las que el autor habla consigo mismo (recupera aquí el uso de la segunda persona de singular, tan característico de novelas anteriores) sobre los objetivos del texto y las dificultades de reproducir el pasado con fidelidad. Y entonces recuerda que está leyendo un texto de Juan Goytisolo.
Memorias, Juan Goytisolo
Ediciones Península, 2002
624 páginas
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Tiresias -