Blogia
Viaje a Itaca

Ratzinger muestra su rostro

Benedicto XVI se ha puesto firme. Ayer se supo que ha prohibido a Jon Sobrino, principal teólogo de la Liberación, escribir o enseñar como miembro de la Iglesia. La razón, que en su obra "está consciente de la humanidad de Jesucristo, pero no de su divinidad".

Y hoy el diario El País glosa el último sínodo de la Iglesia. Según la noticia, el Papa dio a conocer ayer un texto titulado El sacramento de la caridad, en el que ataca las políticas "anticatólicas" de diversos estados y exhorta a los dirigentes católicos a oponerse a normas que regularicen temas como el aborto el matrimonio entre homosexuales. Los obispos, por su parte, están obligados a recordar de forma constante a estos mandatarios sus obligaciones hacia Roma.

El texto es totalmente inoportuno, debido al debate existente en Italia sobre las parejas de hecho. La semana pasada se celebró en Roma una multitudinaria manifestación en favor de los derechos de los homosexuales. Esta marcha fue duramente criticada por el Vaticano. Romano Prodi, pues, según las últimas instrucciones papales, debería oponerse firmemente a esta propuesta.

El problema de esta situación es que estamos demasiado acostumbrados. Es casi normal escuchar de cuando en cuando a Rouco Varela o a Ratzinger criticar las políticas progresistas e igualitarias de los gobiernos europeos. Muchos no les hacemos el menor caso. Pero muchos otros sí. Y esto es un riesgo.

Una vieja sentencia reza "A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César". Esta frase ha sido utilizada por la Iglesia, pero sirve muy bien a los partidarios de la separación absoluta entre la Religión y el Estado. El Papa está en su derecho de hablar a las conciencias de sus fieles, pero no debe, nunca, intentar dirigir de algún modo la política.

Hagamos, por fin, un acto de imaginación. Sustituyamos en el artículo de El País la palabra "Papa" por "Consejo de Guardianes de la Revolución" (Irán). Quedaría algo así: "El Consejo de Guardianes de la Revolución insta a sus sacerdotes a la lucha ideológica. El Islam busca recobrar el peso perdido en Europa".

¿Asusta, verdad? ¿Qué diferencia hay entre los dos titulares?

1 comentario

Tiresias -

Lo lamentable no es que la Iglesia, es decir, el Papa vierta esas opiniones. A fin de cuentas es la doctrina "oficial" y qué otra cosa podríamos epserar que dijera. Lo lamentable es que pretendan que su doctrina particular sea aceptada y adoptada por los demás. Imagino que sabrán que los estados ya no rinden pleitesía al Papa y que éste ya no corona emperadores... al menos por ahora.