Kitsch sobre un escenario
En 1982, Pedro Almodóvar ya despuntaba en la noche madrileña como uno de los grandes popes de la modernidad. Aquel año estrenó Laberinto de Pasiones, una película en la que se rodeaba de la élite musical madrileña (Bonezzi, Pegamoides...) y contaba con una peculiar banda sonora a la que él y Fabio de Miguel (Fabio McNamara) ponían voz.
Este último era un veinteañero curtido intelectualmente a la vera del pop-art cañí que desataba su personalidad gay y creativa a través de un personaje travestido que él mismo había creado a imagen y semejanza del glam neoyorkino, Fanny McNamara. Así, en una mezcla entre David Bowie y Andy Warhol, Almodóvar y McNamara modernizaron la copla española con una inyección de vanguardia artística y de petardeo de claros visos homosexuales.
En 1982 se publicó el single Suck it to me / Gran Ganga, un trabajo en el que Almodóvar y McNamara cumplían como cantantes y letristas bajo la dirección musical de Bernardo Bonezzi y la colaboración de Alaska y Los Pegamoides como músicos. La buena acogida que tuvo el single en ciertos círculos propició la actuación en directo de toda la trouppe en las principales salas musicales del momento: Rock-Ola (Madrid), Zeleste (Barcelona)...
Amantes del funk, la parafernalia glam-punk, la copla española, el petardeo y con un claro espírutu kitsch-pop, Almodóvar y McNamara decidieron llevar su broma más allá de la puntual banda sonora y publicaron todo un álbum, ¡Como está el servicio de señoras! Idealizados por La Edad de Oro de Paloma Chamorro, temas como Satanasa o Voy a ser mamá pasaron pronto al acervo del pop español.
El éxito internacional del cine de Pedro Almodóvar llevó a la desaparición del provocativo dúo.
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