Críticos y críticas
En la edición de ayer de El Cultural cinco críticos españoles respondían a un cuestionario sobre la función del crítico y su situación actual. Este es un resumen de las respuestas:
1.- ¿Qué es lo que da credibilidad a un crítico?
Senabre: La independencia -frente a editoriales y autores- y la sinceridad. También una competencia profesional sin la cual lo demás no serviría en absoluto.
Echevarria: El buen gusto, la posesión de un criterio articulado, la confianza en ese criterio, la voluntad de compartirlo y la capacidad de persuasión.
Siles: Un crítico debe ponerse en la piel del autor al que juzga y preguntarse si ha conseguido o no los objetivos que en esa obra se propone, y si los medios han sido los adecuados para ello. Creo que la crítica además de estar bien escrita.
Villanueva: En última instancia se trata de un arreglo entre lectores: entre ellos se le reconoce a uno en concreto voz propia, autorizada, para hablar de literatura.
Mora: Lectura completa, comprensiva y sistemática del libro, conocimientos culturales amplios y profundos de literatura, estudio complementario sobre el autor cuya obra puntualmente se analiza, ver el libro como un todo, dedicarle tiempo de reflexión, obviar sus valores de mercado.
2.- ¿Cualquiera puede ser crítico? ¿Qué mínimos deben exigirse?
Senabre: Habría que exigir unos mínimos: un amplísimo caudal de lecturas -algo muy raro, por lo que se ve-, un buen conocimiento de la historia literaria y una estrecha familiaridad con los fundamentos teóricos y los métodos críticos.
Echevarría: Lo que caracteriza al crítico (y me estoy refiriendo exclusivamente al crítico reseñista) es una determinada escala de preferencias y una decidida voluntad de intervención. En cuanto al estilo, es la única herramienta de que dispone el crítico para persuadir. Si resulta mediocre o incompetente en este aspecto, su eficacia será nula.
Siles: Sí, cualquiera que tenga formación adecuada para ello y los criterios de gusto suficientes y que fuese capaz de trasmitirlo podría ser crítico literario. De hecho, cualquier lector a su modo lo es.
Villanueva: Cualquier lector puede, efectivamente, ser crítico. Y de hecho, por lo general, lo es: si lee atentamente y es capaz de desgranar los entresijos de su propia lectura e investigar en las causas de sus impresiones como lector.
Luis Mora: Propongo un mínimo algo radical: el crítico debería ser tanto o más culto que el escritor más culto de su tiempo. Añádale un mínimo conocimiento de teoría de la literatura. Además, hay que saber leer. Eso es lo más difícil: no puede estudiarse.
3.- ¿Qué pasa con las acusaciones dependencia del mercado; amiguismo y compromisos; obediencia a consignas...?
Senabre: Hace años, en un suplemento literario de cuyo nombre no quiero acordarme, un crítico comenzaba su reseña confesando ser amigo del autor de quien se disponía a escribir. ¿Qué crédito pueden merecer una crítica y un suplemento así?
Echevarría: El problema no es tanto la dependencia como el sometimiento al mercado, es decir, la sumisión, la interiorización de sus consignas.
Carentes de todo proyecto cultural, los grupos de comunicación y los periódicos españoles no emiten consignas propiamente dichas a los críticos: se limitan a establecer un embrollado sistema de listas blancas y negras conforme a las cuales se hinchan o se omiten las novedades de colaboradores afines y no afines. En este punto, no vale la pena extremar la paranoia conspirativa: se trata de la más vulgar y mecánica miseria humana, con frecuencia incrementada hasta la caricatura por los intereses comerciales.
Siles: Lo único que debería importar en la crítica literaria es la independencia de criterio, de manera que la forma de luchar contra estos vicios sería acuñar un método y un modo para defender y mantener dicha independencia de criterio
Villanueva: Raymond Federman, hace ya un cuarto de siglo, advertía que la responsabilidad de la crítica era entonces "hacer la distinción, marcar la diferencia entre libros y no-libros". Pero para cumplir semejante compromiso hay que estar pendiente del mercado: para desenmascarar a los segundos, por muy best-sellers que sean, y para que no pasen desapercibidos los primeros.
Luis Mora: La dependencia del mercado es inapelable. Hasta una mala crítica con foto puede volverse comercial. Vénganse a Internet, es casi gratis.
En cuanto a la obediencia a las consignas, si pudiera contar la mitad de lo que sé... Vénganse a Internet, no hay casas, el grupo es uno mismo.
1 comentario
Tiresias -
Mr. Wilde dixit.